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Cita sugerida (APA, séptima edición):
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Palabras claves: educación superior; crisis, desafíos, recomendaciones. Historial del artículo Recibido: 16 de febrero de 2024; Revisado: 15 de marzo de 2024; Aceptado: 02 de abril de 2024; Publicado: 28 de junio de 2024 | La educación superior atraviesa crisis histórica y cambio de época. Crisis cuyas características son pérdida en la visión de que la educación tiene y deber ser un proceso, en lugar de un producto. Esta crisis de la educación superior tiene consecuencias negativas en la sociedad, puesto que reduce oportunidades de desarrollo de los estudiantes y el progreso de la sociedad en su conjunto. Analizar la crisis de la educación superior e identificar los factores junto con los impactos que contiene, permite proponer recomendaciones específicas para enfrentar y superar la crisis. |
Copyright ©2024 by Author(s); This work is licensed under a Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0 International License. All writings published in this journal are personal views of the authors and do not represent the views of this journal and the author's affiliated institutions. |
Article | Abstract |
Keywords: higher education, crisis, challenges, recommendations. Article History Received: December 20, 2023; Revised: January 15, 2024; Accepted: February 02, 2024; Published: February 28, 2024; | Higher education is facing a historical crisis and a change of era. The characteristics of this crisis are the loss of the vision that education is and should be a process, rather than a product. This crisis in higher education has negative consequences for society, as it reduces opportunities for student development and the progress of society as a whole. Analyzing the crisis in higher education and identifying the factors along with the impacts it contains allows for the proposal of specific recommendations to address and overcome the crisis. |
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La educación superior, pilar fundamental indiscutible para el desarrollo social, político y económico de las sociedades. Sin embargo, la educación superior atraviesa una profunda crisis histórica en un cambio constante. Crisis que está caracterizada por pérdida de la visión y puesta en práctica de la educación como producto, en lugar de proceso.
La educación como proceso está referida al desarrollo permanente y continuo de las capacidades, conocimientos y habilidades de los estudiantes (actitudes, conductas y mentalidades), para lo humano y lo profesional. Es decir, para la vida en su conjunto.
La educación como producto nada más es la obtención de un título o certificado, la cual refiere que se ha obtenido un título o certificación sobre un determinado programa de estudios. La crisis de la educación superior tiene trascendencia e impactos negativos para la sociedad: limita oportunidades de transformación de estudiantes e influye en el progreso de la misma a todo nivel. La crisis de la educación superior es originada por factores, tanto internos como externos. En lo que se refiere a factores internos:
Limitados recursos económicos: Apuros económicos padecen de forma permanente las universidades públicas, limitando la contratación de profesores e investigadores competentes, así como la falta de infraestructura apropiada y puesta en práctica de investigación de calidad y de programas educativos innovadores.
Excesiva burocratización: La excesiva burocratización en la toma de decisiones dentro de las universidades públicas es un problema evidente que obstaculiza la implementación de cambios necesarios. Esta situación favorece la cooptación política, el tráfico de influencias, el nepotismo, incluso el tráfico sexual y servilismo como medio para obtener puestos y ascender de manera inescrupulosa. Todo esto se ve impulsado por una cultura de granjerías y politiquería, donde se aplican discursos epistemológicos de izquierda, pero se actúa con ética de derecha.
Este doble discurso es especialmente cuestionable cuando aquellos responsables de la toma de decisiones se muestran indignados públicamente (bipolares ideológicos, intelectuales rosas), pero en privado aseguran o aseguraron sus ingresos. Necesario abordar esta problemática de manera urgente y enérgica, promoviendo una cultura institucional basada en la transparencia, la meritocracia y el compromiso con el bienestar de la comunidad universitaria y la sociedad en general.
La eliminación de la burocracia excesiva y la promoción de prácticas éticas y responsables en la gestión administrativa y académica son pasos fundamentales para garantizar la integridad y el buen funcionamiento de las universidades públicas. Así se podrá recuperar la confianza perdida y avanzar hacia un sistema educativo más justo y equitativo.
Carencia de incentivos para docentes e investigadores: Docentes e investigadores universitarios sufren pésimas condiciones laborales (profesores e investigadores horario), lo que desmotiva su ejercicio y condiciona y afecta la calidad de la educación y de los resultados de investigación.
Dentro de los factores externos que contribuyen a la crisis de la educación superior, están:
Globalización: Producto de la globalización, aumentó la competencia entre las universidades, lo cual es saludable y necesario. Una cosa es la competencia y otra la mercantilización, junto con la disminución del financiamiento público de la educación superior.
Tecnología: La tecnología transformó la forma de aprender y de enseñanza. Desafío para las universidades.
Incremento de demanda estudiantil: La demanda estudiantil en la educación superior, conlleva ampliación de la oferta académica y calidad educativa.
La crisis de la educación superior dentro de las universidades públicas, se ha visto agravada por fraude electoral, sin contar con el apoyo de la comunidad universitaria, tal el caso de lo
ocurrido en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), única universidad guatemalteca, en julio de 2022. El fraude electoral propiciado por el M. A. Walter Mazariegos Biolis, se llevó a cabo de diversas maneras:
Compra de votos de 72 de los 170 electores.
Exclusión de 98 electores: Representantes estudiantiles, docentes y de colegios profesionales, el día de la votación.
Uso de la violencia pública y privada para impedir el ingreso de electores, el día de la votación.
Una red fraudulenta ha permeado tanto dentro como fuera de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), con la complicidad de funcionarios cooptados que actúan bajo las directrices del entonces presidente, el Dr. Alejandro Giammattei, quien es egresado de esta misma institución. Este grupo ha logrado influenciar a su favor a instituciones clave como la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público (la Fiscal General, es egresada y profesora de la USAC), la Corte de Constitucionalidad, el Congreso de la República, el Procurador de los Derechos Humanos y la Policía Nacional Civil. Su objetivo reproducir el fraude electoral que caracterizó las elecciones generales guatemaltecas de 2023.
La arraigada tradición de lucha y resistencia, que se remonta a los 104 días de los 48 Cantones y Autoridades Ancestrales, cobró fuerza con la participación de un gran número de ciudadanos, exigiendo la renuncia de los funcionarios cercanos al expresidente, peones y alfiles en este entramado corrupto. La lucha y resistencia ha impedido la materialización de un golpe de estado y ha demandado el enjuiciamiento de aquellos responsables de la represión violenta, que resultó en la muerte de manifestantes pacíficos.
El M.A. Walter Mazariegos ocupó el cargo de decano de la Facultad de Humanidades durante varios períodos, se centró en la expansión populista de la carrera de Pedagogía y en la estrategia de contar con mil profesores titulares de una hora para garantizar más votos en favor de sus ambiciones personales en la misma facultad y el Colegio Profesional de Humanidades donde rotan los puestos al contar casi siempre con mayoría de votos. Su ascenso ha desencadenado una crisis institucional en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), reflejada en la disminución de sus actividades académicas y administrativas, a pesar de la resistencia y lucha de estudiantes y profesores contra el fraude perpetrado. El M. A. Walter Mazariegos, junto con otros funcionarios públicos señalados por corrupción, ha sido incluido en la lista Engel por parte de Estados Unidos.
El fraude en la USAC es un símbolo de la crisis democrática que atraviesa Guatemala. Durante el gobierno del expresidente Alejandro Giammattei, se emplearon todos los recursos posibles para mantenerse en el poder, incluso violando la ley y la Constitución, con el exilio forzado de periodistas y la renuncia de funcionarios íntegros y enjuiciando a estudiantes y profesores contrarios al fraude electoral en la Universidad de San Carlos de Guatemala, USAC. El nuevo gobierno del Dr. Bernardo Arévalo tomó posesión.
Sin embargo, el pacto de corruptos vía la Corte Constitucionalidad y la Fiscal General y jueces, convertidos en la inquisición no permiten que diputados electos del partido de gobierno, participen en la junta directiva del nuevo Congreso de la República, limitando su participación en comisiones de trabajo. En el horizonte político está la realización de Consulta Popular para que la sociedad guatemalteca, decida sobre el despido de la Fiscal General y con ello, la del denominado “rector/secuestrador” de la USAC.
La autonomía universitaria es un principio fundamental dentro de la educación superior. La crisis de la educación superior incide dentro de las universidades públicas cuando su autonomía es lesionada por otros intereses políticos y económicos. Dentro de la democracia y
gobernanza universitaria, la participación estudiantil y de profesores e investigadores, así como trabajadores, es esencial sea respetada.
En la crisis de la educación superior, existen factores cuya turbulencia condiciona:
Pérdida de autoridad ética de profesores y de las propias instituciones educativas: La mercantilización y cooptación, han provocado que profesores y las instituciones educativas, hayan extraviado parte sino es que toda su autoridad, dificultando los procesos educativos a nivel nacional.
Influencia de medios de comunicación y la tecnología: Competir con la educación formal ante y por la gran influencia de la tecnología y medios de comunicación, es la batalla constante.
Globalización e internacionalización: Situaciones que conllevan a que la educación superior, sea más compleja y exigente.
Desigualdad económica y social: Estas desigualdades limitan el acceso a educación de calidad para muchos estudiantes.
La crisis de la educación genera más sombras que luces ante la realidad y lo cotidiano lo que provoca gran y terrible impacto en la sociedad, en la toma de decisiones sociales, políticas, económicas y culturales. Superar la crisis hace necesario cambio profundo en la visión y las prácticas educativas y culturales dentro de las instituciones de educación superior, tales como:
Procesos y acciones en formación integral: Preparar para la vida, no solo para el trabajo.
El estudiante es lo principal: Los estudiantes los protagonistas de su propio aprendizaje.
Calidad educativa con base en la investigación e innovación: Sin investigación vinculada a la docencia, difícil implementación de innovación.
Apertura y colaboración: Profesores e investigadores, deben trabajar unidos para mejorar la calidad de la educación, lo que implica procesos y acciones éticos de las autoridades universitarias.
Además de lo mencionado, se requiere adoptar:
Políticas educativas con equidad e inclusión: Derecho universal es la educación, sin importar las condiciones socioeconómicas o culturales de los estudiantes.
Formación docente sin preferencias para nadie: Contar con competencias necesarias para desarrollar un proceso de enseñanza y aprendizaje pertinente, necesidad permanente en los profesores.
Realizar inversión para desarrollar investigación educativa: Cada área del conocimiento requiere teoría y métodos apropiados para mejorar la calidad de la educación.
Abrir espacios con otras instituciones educativas: Romper aislamientos institucionales en las diversas áreas del conocimiento demanda procesos y acciones éticas e incluso inéditas para desarrollar proyectos educativos innovadores y de calidad.
Mejorar condiciones laborales de los docentes e investigadores: 2 horas por curso para que puedan realizar al mismo tiempo docencia, investigación, extensión y servicio.
Realizar auditoría académica. Las auditorías académicas instrumento fundamental para garantizar la calidad de la educación superior. El establecimiento de un sistema de auditorías académicas que permita evaluar la productividad de los profesores e investigadores de planta (medio o tiempo completo), y eliminar la eficiencia indiferente, contribuirá a identificar a los profesionales que contribuyen a la excelencia académica y a mejorar la calidad de la educación que se imparte en las universidades, en beneficio de la transparencia y rendición de cuentas y con calidad educativa. Participar en comisiones o desempeñar puestos directivos o por elección, no es investigación, forma parte del trabajo mismo.
La universidad institución educativa y cultural de educación superior que tiene como objetivo principal la formación de profesionales y la generación de conocimiento. Su historia se remonta a la Edad Media, como espacio para el resguardo y transmisión del conocimiento.
En la Modernidad, las universidades fueron centros para la creación del conocimiento, incorporando la investigación como una de sus principales funciones. Dentro del contexto actual, las universidades enfrentan diversos desafíos:
Modificación en el paradigma educativo: La pandemia del COVID-19, aceleró la transformación de la educación, obligando a las universidades a adaptarse a nuevos modelos educativos. Retroceder será otro absurdo.
Ajuste e implementación de nuevas tecnologías: Las TICs están transformando como se aprende y se enseña. Para mejorar la calidad educativa, las universidades deben incorporar Diseño Instruccional y mejorar las condiciones laborales de los profesores.
Educación emocional: La educación emocional se hace cada más necesaria e importante para el desarrollo integral de los estudiantes y de los profesores e investigadores frente a la realidad y lo cotidiano. El aporte estructural que la educación emocional brinda en la aplicación de las denominadas habilidades blandas para la vida y lo laboral, es importante, pertinente, necesario.
Las universidades enfrentan complejos desafíos y están interrelacionados. Los cambios del paradigma educativo tienen estrecha relación a través del ajuste e implementación de las TICs, la educación emocional y su efecto verdadero y efectivo en la vida y resultados de los estudiantes, junto con mejorar las condiciones laborales de los profesores e investigadores. En el contexto de la pandemia del COVID-19, las universidades han tenido que adaptarse a nuevos modelos educativos como lo sincrónico y asincrónico. Dicha adaptación ha conllevado aumento de educación virtual y a distancia, entre otras incorporaciones tecnológicas para la enseñanza y el aprendizaje. Implica adaptación e implementación de nuevas tecnologías, necesario desafío para las universidades, puesto que dichas tecnologías seguirán transformando la forma de aprender y enseñar y realizar investigación.
La educación emocional se hace cada vez más necesaria para el desarrollo integral de los estudiantes y profesores en la vida y lo cotidiano. La empatía y autoconciencia, así como la gestión del estrés son habilidades socioemocionales que pueden aportar a estudiantes y profesores mejor aprendizaje y enseñanza y mejor interrelación humana y social. Las universidades deben enfrentar dichos cambios en su quehacer humano y profesional, lo que implica mejora de la estructura, funcionamiento y de su propia cultura humana y profesional. Cambios esperados, los cuales tienen que estar orientados a garantizar ética y pertinencia educativa y cultural en cada área del conocimiento como resultados de la responsabilidad humana y social de los profesores, investigadores, trabajadores administrativos y autoridades.
Recomendaciones necesarias de afrontar y que enfrentan las universidades:
Educación virtual y a distancia: Coadyuvar con la seguridad humana y económica de estudiantes con programas semipresenciales y a distancia puede permitir a las universidades tener una mejor capacidad, así como ofrecer formación apegada a las demandas del siglo XXI.
Educación emocional inclusiva para estudiantes y profesores: Las habilidades socioemocionales son vitales en cada área del conocimiento para la misma gestión del conocimiento en la vida y el trabajo.
Evaluación pertinente y efectiva de programas educativos: Evaluar y autoevaluar los programas es mejora constante, puesto que se está prestando un servicio humano y profesional. La calidad educativa, tiene que formar parte de la evaluación y autoevaluación.
Prever desde el presente: La pandemia del COVID 19, desnudó a las universidades. La investigación vinculada a la docencia puede incidir en escenarios futuros para la vida y el planeta. La pandemia destrozó a los denominados gurús de la educación.
Creatividad y metodologías innovadoras: Fortalecer el pensamiento crítico atraviesa la lectura, escritura, investigación, el arte, las humanidades. Todas las áreas del conocimiento son importantes para el desarrollo integral de los estudiantes, profesores e investigadores.
Dudar que las universidades enfrentan desafíos es atrofia humana y profesional y se requieren procesos y acciones integrales, éticas, socialmente comprometidos para cambiar.
Las recomendaciones vertidas pueden hacer que las universidades se vayan preparando y afrontar los desafíos para cumplir con sus lemas universitarios como misión en la formación humana y profesional de los estudiantes. Son importantes los conocimientos disciplinares más el desarrollo de competencias éticas y ciudadanas. Toffler (1970, p. 302) afirma que "Los analfabetos del futuro no serán los que no sepan leer o escribir, sino los que no sepan aprender, desaprender y reaprender."
Martín (2006) señala que el aprendizaje de los saberes éticos y ciudadanos no es tan obvio para todos. Los saberes éticos y ciudadanos son esenciales y los estudiantes tengan la capacidad de participar activa y responsablemente dentro de la sociedad. La no integración de las dimensiones moral, ética, espiritual en las universidades y la formación universitaria dificulta satisfacciones intangibles de estudiantes, profesores, investigadores, personal administrativo. Se hace necesario apuntalar la identidad, la memoria, la libertad, la transparencia y la rendición de cuentas como procesos y acciones de trascendencia humana e institucional, lo que genera una mejora en la capacidad de resiliencia y de acupuntura social.
La docencia y la investigación son tareas fundamentales de las universidades. La investigación docente herramienta fundamental dentro de la formación integral de los estudiantes y profesores e investigadores. Dicha relación entre docencia e investigación, permite adquirir y fortalecer conocimientos y competencias de forma activa y participativa.
Fortalecer la relación entre docencia e investigación debe ser una constante, realizando esfuerzos concretos que integren a los docentes universitarios con los investigadores. De esta forma, los estudiantes podrán beneficiarse de la experiencia y el conocimiento de los profesores- investigadores, y de los que solamente realizan investigación como parte de la vinculación interna que la misma extensión universitaria permite para desarrollar competencias necesarias para su presente y futuro humano y profesional. La universidad debe promover la integración de los saberes éticos y ciudadanos en la docencia y la investigación, por tener un papel fundamental en la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con la sociedad.
En este artículo se discute la importancia de la investigación docente en la universidad. Se argumenta que la investigación docente es necesaria para que los profesores tengan una visión crítica de la realidad, para que desarrollen su vocación por enseñar y para que contribuyan al desarrollo de la sociedad.
Los fundamentos teóricos y metodológicos de la investigación docente se pueden basar en una amplia variedad de marcos de referencia, como el pospositivismo, la fenomenología, la teoría social crítica, la hermenéutica, el socio-constructivismo y la teoría sociocultural, entre otras.
Precisa diseñar modelos de investigación docente más pertinentes para atender necesidades específicas de aprendizaje y enseñanza. Profesor que no lleva a cabo procesos de investigación básica o aplicada, tiene una visión reduccionista de la realidad y amplía la interminable repetición de conocimientos.
La investigación le permite al profesor comprender la complejidad del mundo y desarrollar una visión crítica y autocrítica de la realidad y de lo cotidiano. Además, la investigación docente es importante para el desarrollo de la vocación por enseñar. La investigación permite al profesor reflexionar sobre su práctica docente y mejorarla. La investigación docente contribuye al desarrollo de la sociedad porque permite a los profesores generar nuevo conocimiento, el cual puede ser aplicado con base a la solución de problemas humanos, sociales, políticos, económicos.
La vocación, pasión, convicción, entusiasmo, ciencia, conocimiento y entrega humana y profesional de los profesores, investigadores y autoridades, son fundamentales para el desarrollo de la sociedad. Lo que las universidades generan tiene impacto dentro y fuera de las mismas. Mediante el aprendizaje de los estudiantes y las decisiones que se toman en el ámbito educativo, contribuyen de forma sólida a su desarrollo. Los saberes, placeres, decires y haceres, contribuyen a condicionar la posibilidad de inclusión social, ejercida por los miembros de la comunidad educativa. Los saberes y valores que transmiten los docentes, investigadores y autoridades, influyen en la formación integral de los estudiantes, ciudadanos del presente, constituyen ciudadanía y profesionales que contribuirán al desarrollo de la sociedad.
Según Freire (1997), "la educación es un acto de amor, conocimiento y compromiso". Los docentes, investigadores y autoridades deben estar comprometidos con la formación de sus estudiantes, y deben brindarles un aprendizaje de calidad que les permita desarrollarse como personas y profesionales. Los docentes deben estar comprometidos con la formación de sus estudiantes, y deben brindarles un aprendizaje de calidad que les permita desarrollarse como personas y profesionales, su ejemplo es la mejorar manera de enseñar y aprender.
Palou (2005) señala que "la docencia es una profesión que requiere de vocación, profesionalismo, compromiso y acción". Los docentes deben tener un salario justo, tiempo suficiente para la investigación y la preparación de clases y calificar, acceso a tecnología y espacios adecuados para generar aprendizaje y enseñanza. La educación superior debe estar a la altura de los desafíos del siglo XXI, brindando formación integral, preparando a los estudiantes para enfrentar los retos y necesidades de la sociedad actual.
El cuestionamiento del quehacer de los profesores y de investigadores en la educación superior es un tema complejo, el cual implica, necesariamente, discutir sobre la formación docente y de los investigadores, sin olvidar las condiciones laborales por más tecnología que sean utilizadas. Una cuestión es la disciplina que los profesores y los investigadores dominan, y otra es la forma en que realizan la docencia e investigación.
Como señala Díaz (2005), buscar hacer empatía entre disciplina y enseñanza puede convocar un mejor aprendizaje en los estudiantes, futuros investigadores, lo que fortalecerá los procesos de investigación necesarios para eliminar la reproducción de conocimientos. En este sentido, es necesario que la formación de profesores de educación superior e investigadores se base en la Andragogía, que es la ciencia que estudia la educación de adultos.
La aplicación unilateral de la Pedagogía (educación para niños), hace olvidar la Paidología (educación de adolescentes) y la Andragogía (educación de adultos), así como la didáctica específica y la evaluación pertinente para cada área del conocimiento (Martín, 2006).
Dentro de la educación superior, deprimente es observar a los denominados especialistas de otras áreas del conocimiento que continúan creyendo que su verdad es lo único que debe contar, perjudicando el aprendizaje y la enseñanza. Cuestionar el quehacer de los profesores y de investigadores y de autoridades universitarias, no es destruir, sino intentar plantear cambios
cuando se tienen fundamentos observados en universidades en América latina. En este sentido, es necesario que los profesores, investigadores y autoridades, sean competentes y éticos para reconocer al otro, en este caso a los estudiantes, en igualdad de derechos y condiciones como personas. Se hace necesario que profesores e investigadores y autoridades sean capaces de comprender que es en la intersubjetividad y en la cotidianeidad de la vida en la que nos construimos todos, como personas.
El sistema educativo dentro y fuera de las universidades pierden lectores cuando los profesores y las autoridades educativas no son lectores, incluye también a los formadores de formadores. Encontrar estrategias y enfoques alternativos inéditos e incorporarlos como procesos y acciones en los sistemas educativos, desde cada escuela, colegio, instituto y universidad, a partir de cada profesor, así como autoridades educativas y culturales, requiere procesos y acciones socialmente comprometidas. Se tiene que trabajar en cada nivel del sistema educativo para fortalecer el ejercicio de la docencia y que este proceso sea fecundo para los estudiantes y profesores. Primero se aprende a usar el libro, luego se aprende a utilizar la computadora, rápidamente se olvida. Si en los formadores que formarán no existe renovación de prácticas culturales y educativas, desde sus propias actitudes, conductas y mentalidades, sucederá lo siguiente:
La literatura literaria seguirá siendo aplicada como fin cuando es medio. Sucede con la matemática, idioma inglés y la enseñanza de las áreas humanísticas.
La escritura y la lectura se toman como tareas que caen más en el plano de la codificación/decodificación de signos, como un escuchar a un autor que expresa sus ideas. Dichos procesos deben ser verdaderos diálogos, donde el estudiante realice doble rol de aprender a escuchar (leer) y de asumir el riesgo de hablar (escribir) con otras personas que a lo mejor no conoce y de los cuales aprenderá, como sucede en la realidad y lo cotidiano.
De ahí, se tiende a asegurar que pocos son los que pueden escribir, por considerar todavía de forma absurda que genios solo los elegidos, como que todo fuera determinado. El ser humano ha sido formado a imagen y semejanza de los profesores y autoridades, lo que ha limitado a muchos en su formación y desarrollo humano y profesional. Observar que dentro de las universidades se ha eliminado la tesis ad gradum para contar con más estudiantes, quienes han sido incapacitados por el mismo sistema educativo y los profesores y autoridades, por la visión reduccionista sobre la lectura y la escritura y su relación vital con la investigación. Para que un sistema educativo sea de calidad, es necesario contar con profesionales calificados, actualizados, especializados en áreas del conocimiento y con competencias apropiadas y propias de los procesos y acciones que lo educativo necesita y demanda en el siglo XXI.
La escuela primaria es determinante en la generación de hábitos de lectura y escritura. La lectura y la escritura no son exclusivas de los cursos o asignaturas de Idioma Español y Literatura, y ahora Comunicación y Lenguaje. La formación secundaria tiene que mejorarse y fortalecerse desde el compromiso y responsabilidad de la universidad al formar profesores y funcionarios para los sistemas educativos públicos o privados. La lectura y la escritura atraviesan toda la formación del ser humano, sin importar carrera, materia o curso. El uso de la tecnología no garantiza éxito educativo ni académico.
Las universidades deben formar a nuevos formadores como nativos y no inmigrantes de la lectura y la escritura ni de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, preparados para lo asincrónico, sincrónico, semipresencial y presencial. Se considera con ingenuidad que leer en pantalla es mucho mejor que en papel. En pantalla se lee de forma vertical, mientras que, en
papel, de forma horizontal. La pregunta es: ¿y si no hay hábito de lectura, mejora el uso de la tecnología?
Según Machicado Quispe (2017), los hábitos son formas adquiridas de actuar que se ejecutan de forma automática. El hábito de lectura es una acción o un conjunto de acciones que se convierte en una actividad automática. Asimismo, la formación de hábitos no es sencilla, y requiere tiempo y esfuerzo. Por último, es necesario que el estudiante conozca los resultados que va obteniendo en la realización de la acción de leer y estudiar, además de la práctica. La lectura literaria genera mayor lenguaje al articular pensamiento y realidad, y aumento de vocabulario. Pasos previos y determinantes para la construcción de nuevos sentidos y significados necesarios para el fortalecimiento del pensamiento crítico.
Contar con un equipo tecnológico de punta, es necesario, pero sin renovación de prácticas culturales y educativas, es más de lo mismo. Pasar del libro de papel a la lectura en pantalla es un salto importante, pero debe darse con calidad y hábito de lectura. Comprobado está, que quien no lee no escribe, ni puede seducir con procesos inéditos lo que no vive como práctica cotidiana. Leer exclusivamente lo de su trabajo o profesión, no es ser un lector, eso es su obligación.
Dentro de las instituciones académicas y educativas, se cuenta con muchos profesores con suficientes "títulos", pero que son tipo Wikipedia o Internetianos. En su hacer educativo, entregan y entregan materiales para leer que ni han leído; luego hacen exámenes tradicionales o piden ensayos que no saben ni ellos escribir, basta con leer sus tesis. Práctica nociva, donde solo se replican contenidos y el docente no realiza ninguna aportación. Por eso, no se hace investigación en el sistema educativo ni dentro de las instituciones académicas y culturales, ni se producen materiales diferentes, menos nuevos. Observar cómo todavía se adaptan materiales de otras realidades, resulta lamentable.
El peso único de la razón ha atrofiado la conversación de los sentidos ante la domesticación de las pasiones realizada en nombre de la Pedagogía y de otras áreas del conocimiento como única salida, obviando el aporte ontológico, epistémico y metodológico de otras ciencias. En razón de ello, todos hablan con cierta dosis de autoridad y propiedad cuando de educación, salud, empleo y seguridad se trata. Sin embargo, para educación, nadie dice cómo hacerlo, pues se espera que sean los profesores los únicos que cambien.
Cuando el hecho educativo y los profesores están sumergidos en factores de infraestructura, libros de texto, bibliotecas, modalidades de trabajo, bajos salarios e incentivos desmotivantes, y con población estudiantil con problemas severos de desnutrición y desintegración familiar estudiantil, inseguridad, más las variables macro y microeconómicas (sin desaparecer la pobreza y la desigualdad aumenta) cuyo accionar dependen de lo político o coyuntural, pese a que la educación es trascendental en el desarrollo social, político y económico de la sociedad, pocos avances se dan. Negar y echar la culpa es sencillo, cuando se puede ser parte de la solución. Antes de los profesores, hubo un sistema educativo conformado por autoridades educativas que los formó y una sociedad nacional e internacional que lo avaló, y que se deja de lado.
En suma, las universidades se encuentran ante la necesidad de un cambio estructural que requiere existan políticas públicas que establezcan las condiciones necesarias para desarrollar procesos educativos en diferentes niveles, donde también los docentes e investigadores reorienten la metodología de enseñanza y trabajen en fortalecer al estudiante que primero es una persona que luego en el presente y futuro seguirá aportando a la sociedad y debe hacerlo como buen ciudadano.
Según Cullen (2019), la vocación, profesionalismo, compromiso y acción de los profesores están en juego. Entender la docencia como "virtud" es calificar su profesionalidad como moralmente buena, y el entender esta virtud como "ciudadana" es calificar su práctica como éticamente justa.
El posmodernismo es un movimiento filosófico, cultural y artístico que surgió en la segunda mitad del siglo XX, en respuesta a las ideas intelectuales y filosóficas modernas.
Desde una perspectiva filosófica, el posmodernismo rechaza las denominadas metanarrativas. Las grandes narrativas que dan significado a la condición humana y a la historia. Por ejemplo: liberación, progreso, razón, humanismo y justicia social. Para el posmodernismo, las metanarrativas son construcciones sociales que no se basan en la realidad objetiva. Por tanto, son controvertidos y pueden ser cuestionados (Lyotard, 1984). Desde una perspectiva sociológica, el posmodernismo se caracteriza por la diversidad y el pluralismo. En los tiempos modernos, la sociedad está dividida en grupos sociales con diferentes valores, creencias y estilos de vida. El posmodernismo afirma que estas diferencias están desapareciendo. En los tiempos modernos, las culturas también están separadas unas de otras. El posmodernismo cree que la globalización provoca hibridación cultural o la mezcla de muchas culturas diferentes (Appadurai, 1996).
El posmodernismo ha tenido una fuerte influencia en muchos aspectos de la realidad y la vida cotidiana. Su contribución, las divisiones sociales, las crisis de identidad y la relativización de los valores.
La democracia educa y la educación democratiza al hacer ciudadanía desde lo local, nacional, global. Uno de los aportes importantes de la postmodernidad ha sido la democratización del conocimiento, lo que permite discutir y tratar temas que antes eran considerados solo asunto de especialistas o autoridades. Aporte significativo, ya que, en el futuro, la actividad principal — economía, empleos, materias primas, etc.— estará ligada a la información y conocimiento, vitales para el desarrollo humano y profesional, a partir de la ética y el pensamiento crítico enfrentado a la nueva era educativa que se tiene con la denominada “inteligencia artificial”, y que Noam Chomsky, le llama "software de plagio", por escapar a los derechos de autor. Sin embargo, para la docencia e investigación, es un valioso recurso.
En la sociedad postmoderna, la información es un recurso esencial para la vida social y económica. La capacidad de alcanzar, procesar y difundir información es cada vez más importante para el éxito personal y profesional. Por ello, el presente y futuro de la educación debe centrarse en el desarrollo de dichas competencias.
En este contexto, la educación tradicional, basada en la transmisión de conocimientos a través de la clase magistral, se hace cada vez más obsoleta. Los estudiantes necesitan aprender a aprender por sí mismos, a seleccionar y evaluar la información, y a aplicarla en contextos reales. Para ello, la educación del futuro debe ser contextualizada y personalizada, lo que implica no tener más de 30 estudiantes por curso y poder brindar calidad educativa.
La educación superior debe evitar el populismo educativo. Los estudiantes deben tener la oportunidad de aprender a su propio ritmo y de acuerdo con sus intereses y necesidades. Adicionalmente, la educación debe ser más práctica y aplicada. Los estudiantes deben aprender a utilizar la información para resolver problemas y tomar decisiones.
En la sociedad postmoderna, el lazo social se construye a través de la tecnología, lo que no implica dejar el cara a cara fuera como fortalecimiento de las habilidades denominadas blandas. Asimismo, la educación debe fomentar el desarrollo de las competencias académicas y tecnológicas. Los estudiantes deben aprender a utilizar las tecnologías para comunicarse, colaborar y, además, compartir conocimientos. La educación del futuro debe fundamentarse: Centrada en el desarrollo de competencias. Contextualizada y personalizada. Práctica y aplicada. Focalizada en el desarrollo de las competencias digitales. La educación es un proceso complejo
que requiere de constante reflexión y renovación. En la actualidad, la sociedad se encuentra en un proceso de cambio acelerado, lo que exige que la educación superior se transforme en la práctica.
Bedoya (2008) afirma que la educación tradicional, basada en un paradigma clásico, cartesiano, mecanicista, conductista e inductivo, se ha vuelto obsoleta. Este paradigma plantea que el profesor es el centro del proceso educativo, la única fuente del saber y del conocimiento, y que los estudiantes son receptores pasivos de la información. Esta concepción de la educación es insostenible en la actualidad. La información está disponible en abundancia, y los estudiantes son capaces de aprender por sí mismos. Por ello, la educación del futuro debe ser más participativa y activa. La educación del futuro debe ser un proceso de aprendizaje y enseñanza en el que los estudiantes sean protagonistas activos. Los profesores deben ser tutores del aprendizaje, y deben coadyuvar con los estudiantes a desarrollar sus propias habilidades y competencias.
responsabilidad.
El profesor, experto. Poseía la verdad.
El estudiante, receptor pasivo. Debe aprender lo que el profesor le enseña.
La enseñanza-aprendizaje es unidireccional.
Las limitaciones de esta forma de enseñanza-aprendizaje, son: No permitir a los estudiantes desarrollar sus habilidades y propio pensamiento. No permite la participación activa en la enseñanza-aprendizaje de parte de los estudiantes. No fueron preparados los estudiantes para la realidad y lo cotidiano.
La relación profesor-alumno debe ser colaborativa y participativa. El profesor asume un rol más activo y de forma responsable. Los supuestos del nuevo estilo, son: El profesor es un guía. Acompaña el aprendizaje de los estudiantes. El estudiante se convierte en un agente activo al construir su propio conocimiento. El proceso de enseñanza y aprendizaje, se hace de forma bidireccional. Las ventajas que contiene este estilo educativo, son: Promoción del desarrollo del pensamiento crítico para la realidad y lo cotidiano. Permite y favorece participación activa de los estudiantes durante el proceso de aprendizaje y de enseñanza.
Para potenciar la relación docente-estudiante en la era posmoderna, se pueden implementar una serie de estrategias, entre las que se encuentran las siguientes:
Trabajo en equipo: Buscar y permitir que los estudiantes de forma colaborativa y cooperativa para resolver problemas y desarrollar proyectos. El presente y futuro del planeta y las sociedades, lo exige.
Aprendizaje basado en problemas: Retos y desafíos para que los estudiantes resuelvan con base en sus propios conocimientos y habilidades y contextos.
Aprendizaje basado en proyectos: Los estudiantes desarrollen proyectos a partir de situaciones concretas o problemas reales.
Se hace necesarios explorar otras formas y conocer experiencias de aprendizaje desde lo local, nacional, internacional.
Con base en estrategias colaborativas y cooperativas, los estudiantes podrán aportar desde sus propias habilidades y pensamiento crítico y generar soluciones a problemas. Además, dichas estrategias coadyuvan a aprender a aprender, lo cual les será de beneficio a lo largo de su vida.
El paradigma positivista, que sostiene que el conocimiento científico se basa en la observación y la experimentación, ha tenido una gran influencia en la educación. Sin embargo, su aplicación en este ámbito ha dado lugar a una paradoja: la de que los profesionales de la Pedagogía o los denominados especialistas de otras áreas del conocimiento, formados bajo este paradigma, a menudo ejercen desde una "todología", sin una especialización necesaria y clara en una disciplina o área de conocimiento y no desarrollan ambientes propicios de aprendizaje y enseñanza. Esta situación tiene varias consecuencias negativas. En primer lugar, dificulta que los estudiantes reciban una formación adecuada, ya que no pueden contar con docentes con las competencias específicas necesarias para impartir un determinado curso. En segundo lugar, limita la actualización de los docentes, ya que dificulta su dedicación a una sola área de conocimiento. En tercer lugar, fomenta la repetición de prácticas obsoletas, como la utilización de libros de texto únicos, entre otras.
En la modernidad, el maestro fue el centro de la educación, y estaba más protegido laboralmente. En la postmodernidad, se ha creado la figura del "facilitador o de colaborador", que no es un especialista en nada y que busca reemplazar al profesor en perjuicio de sus condiciones laborales. Cambio impulsado por la mercantilización de la educación, con la contratación de docentes por horas, sin importar su formación o experiencia. La pandemia de COVID-19 agravó dicha situación. La necesidad de impartir clases en línea ha facilitado la contratación de personas sin formación en el área educativa para desempeñar el rol de docentes, provocando disminución de la calidad educativa, pues dichos “profesores” no están capacitados para impartir clases de manera efectiva en entornos virtuales. La calidad educativa no se garantiza únicamente con el conocimiento de métodos y técnicas, ya que su aplicación puede ser ineficaz si no se ajusta a la disciplina que se enseña al tener también sus propios métodos, técnicas y no logra la participación y el involucramiento de los estudiantes.
En este sentido, Bedoya (2008) señala que la crisis de la educación actual es consecuencia de la ineficacia del paradigma positivista, que se basa en un enfoque economicista y sociologizante de la educación. Este paradigma ha contribuido a la reducción de la comprensión e incorporación de elementos como la incertidumbre, el pensamiento complejo, el desarrollo proximal, las inteligencias múltiples, la mediación pedagógica, el cognitivismo, la teoría del caos, la educación holística, la andragogía, la psicología transpersonal, la literatura, las teorías humanistas y la cultura de ganar-ganar, la teoría del caos, entre otras.
Producto de la mercantilización en la educación se ha agudizado el individualismo promovido por el sistema educativo en general, al premiar la división y la burocratización. Como resultado, los estudiantes no desarrollan las habilidades necesarias para el siglo XXI, como la capacidad de pensar críticamente, resolver problemas complejos y trabajar en equipo. Para superar esta crisis, es necesario modificar el enfoque educativo para que se centre en la persona y genere aprendizaje significativo; lo que implica:
Métodos y técnicas adaptados a las disciplinas y que promuevan participación e involucramiento de los estudiantes.
Asociar dentro del aprendizaje y enseñanza, la importancia de la incertidumbre y el pensamiento complejo.
Promover el desarrollo de las inteligencias múltiples.
Favorecer la mediación pedagógica.
Incorporar los aportes del cognitivismo, la teoría del caos, la educación holística, la andragogía, la psicología transpersonal, la literatura, las teorías humanistas y la cultura de ganar- ganar.
El diálogo, la comunicación y la palabra son elementos esenciales para la educación y la democracia. Sin ellos, es imposible que los estudiantes desarrollen su pensamiento crítico, su capacidad de resolución de problemas y su participación activa en la sociedad. En el siglo XXI, dichos elementos adquieren importancia aún mayor, ya que los estudiantes se enfrentan a retos y dilemas cada vez más complejos. Para afrontarlos, es necesario que los sistemas educativos modifiquen su enfoque y se centren en el desarrollo de las competencias comunicativas. La importancia de las denominadas habilidades blandas, es necesario. La modificación debe realizarse sin caer en posiciones neoconservadoras, que buscan homogeneizar a los estudiantes y limitar su capacidad personal. Por el contrario, se debe promover la diversidad, la flexibilidad y la participación activa de todos los estudiantes. Para llevar a cabo esta modificación, es necesario formar a los docentes en las nuevas metodologías educativas que promueven el diálogo, la comunicación y la palabra sea el puente constante para generar acuerdos.
Los docentes deben ser capaces de crear ambientes de aprendizaje colaborativos y participativos, en los que los estudiantes puedan desarrollar sus habilidades comunicativas. El currículum, las autoridades educativas y los docentes son los principales responsables de garantizar que la educación sea un proceso de desarrollo integral que prepare a los estudiantes para los retos del siglo XXI.
El término "universitas" proviene del latín y significa "universalidad". En el contexto de la educación superior, refiere la idea de que la universidad es la institución que promueve el conocimiento y la comprensión en todas las áreas del conocimiento. Los lemas universitarios son la evidencia universalista de la universidad al buscar formar ciudadanos libres y conscientes, capaces de contribuir al desarrollo de la sociedad. Otra cuestión son las prácticas educativas y culturales aplicadas. Para cumplir con esta misión, la universidad debe ser un espacio de diálogo y debate, donde se confronten diferentes perspectivas y se generen nuevos conocimientos.
La universidad también es una institución social, que está sujeta a las tendencias y cambios de la época. En la actualidad, la sociedad se encuentra en un proceso y acciones de transformación donde la globalización, la digitalización y el cambio climático, no pueden ser evadidos como condiciones del presente que hace futuro. Dichos procesos y acciones plantean nuevos desafíos para la universidad, de cuya adaptación e innovación a los nuevos retos depende para seguir constituyéndose en institución relevante. En este contexto, la universidad debe continuar promoviendo la universalidad de pensamiento y acción como espacio abierto a la diversidad en sus diferentes manifestaciones con base en la investigación docente y en la propia investigación, comprometidas con la transformación social.
La educación es un derecho fundamental, la cual debe permitir a las personas desarrollar su potencial para contribuir con el desarrollo sostenible, puesto que, en un mundo en constante cambio, es importante que las personas tengan la oportunidad de actualizar sus conocimientos y habilidades a lo largo de la vida. Los cambios, se verifican en el tiempo y el espacio, por ello se debe promover la actualización y el aprendizaje a lo largo de la vida con el fin de mejorar el ejercicio profesional y el desarrollo personal y social. En este propósito se encuentra la preocupación de la comunidad internacional, como se puede analizar en la Agenda 2030 en los objetivos de desarrollo sostenibles: El ODS 4.
Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, establece como meta para 2030 que todos los hombres y mujeres tengan acceso a la formación técnica, profesional y superior de calidad. Para cumplir esta meta, es necesario garantizar el acceso a la educación a lo largo de la vida, a través de vías formales, no formales e informales. El Marco de acción para la educación 2030, promovido por la UNESCO, señala que la educación inicia con el nacimiento y debe ser amplia y flexible, incluyendo el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs). La actualización y el aprendizaje a lo largo de la vida son fundamentales para el desarrollo sostenible. Los ODS reconocen la importancia de este derecho y establecen metas ambiciosas para su consecución.
En el contexto de la economía digital, la actualización y el aprendizaje a lo largo de la vida son más importantes que nunca. Los trabajadores necesitan estar constantemente aprendiendo nuevas habilidades para mantenerse competitivos en el mercado laboral. Para implementar el ODS 4, los gobiernos, las instituciones educativas y las empresas deben trabajar juntos para garantizar el acceso a la educación a lo largo de la vida. Algunas recomendaciones específicas incluyen:
Garantizar la financiación adecuada para la educación.
Diversificar las ofertas educativas para atender a las necesidades de todos los grupos de población.
Facilitar el acceso a las TICs para el aprendizaje.
Promover la colaboración entre los diferentes actores del sistema educativo.
La universidad tiene un peso vital o estéril en la sociedad, dependiendo de su capacidad para conservarse y preservarse. La extensión universitaria es clave en este aspecto, ya que es un pilar de la educación superior.
Según Edgar Morin (2000), la conservación de la Universidad debe ser "siempre y cuando la conservación no sea dogmática ni inmóvil ni rígida". Significa que la universidad debe estar abierta al cambio y la transformación, para poder adaptarse a las nuevas realidades sociales y culturales. La universidad incide en el presente y futuro de la misma institución y de los habitantes, dada su participación e incidencia en la resolución de los problemas que afectan a los ciudadanos. La universidad tiene un papel fundamental en la formación de profesionales y ciudadanos capaces de afrontar los desafíos de la sociedad. La extensión universitaria es clave en este aspecto, ya que es un pilar de la educación superior. La extensión universitaria se refiere a las actividades que la universidad lleva a cabo fuera de sus aulas, con el objetivo de acercar la educación superior a la sociedad.
Con base en el extracto del libro "Políticas universitarias para el siglo XXI", la extensión universitaria tiene por misión "proyectar, en la forma más amplia posible y en todas las esferas de la nación, los conocimientos, estudios e investigaciones de la universidad para permitir a todos participar en la cultura universitaria, contribuir al desarrollo social y a la elevación del nivel espiritual, moral, intelectual y técnico del pueblo".
La universidad tiene un peso vital en la sociedad, si es capaz de conservarse y preservarse de forma abierta y transformadora. La extensión universitaria es una herramienta clave para que la universidad cumpla su misión de contribuir al desarrollo social y a la elevación del nivel cultural de la población.
En el siglo XXI, la universidad enfrenta retos y desafíos. Por un lado, debe dejar de seguir siendo una fábrica de profesionales y proveedora de dirigentes sin conciencia social. Debe adaptarse a las nuevas realidades sociales y culturales. Por otro lado, debe ser rectora de la Educación Superior y contribuir al desarrollo social.
La universidad ha sido tradicionalmente una fábrica de profesionales y proveedora de dirigentes, sin una fuerte conciencia social. En el siglo XXI, esta función debe ser repensada.
La universidad ya no es un centro de aristocracia, sino de masas. Esto significa que debe formar a una gran cantidad de estudiantes, provenientes de diferentes contextos sociales y culturales. Para cumplir con esta función, la universidad debe ofrecer una educación de calidad, que prepare a los estudiantes para el mercado laboral y para la vida en sociedad. La educación debe ser integral, es decir, que abarque los aspectos cognitivos, socioemocionales y éticos.
¿Influyen los egresados de universidades públicas en la corrupción del aparato estatal? La universidad tiene el mandato de ser rectora de la Educación Superior. Debe liderar el proceso de reforma de la Educación Superior, para que sea más inclusiva, equitativa y de calidad en fondo y forma, siendo ejemplo de rendición de cuentas, transparencia humana y profesional y con productividad docente e investigativa.
La reforma de la educación superior debe abordar los siguientes aspectos:
Acceso: La universidad debe ser accesible a todos los estudiantes, sin importar condición social, económica o cultural.
Equidad: La universidad debe ofrecer una educación de calidad, pertinente y sin discriminación.
Calidad: La universidad debe garantizar que la educación sea de alta calidad.
La universidad debe contribuir al desarrollo social. Significa que debe formar a ciudadanos responsables, capaces de participar en la construcción de una sociedad más justa y equitativa, lo que incluye formar pequeños y medianos empresarios. La universidad puede contribuir al desarrollo social a través de las siguientes acciones:
Formación de profesionales y ciudadanos éticos: La universidad debe formar a profesionales y ciudadanos capaces de afrontar los desafíos de la sociedad.
Investigación: La universidad debe realizar investigación que contribuya al desarrollo humano, social, político, económico, ambiental.
Extensión universitaria: La Universidad debe acercar cada vez la educación y la cultura a la sociedad, vía los resultados de investigación que realiza en la docencia y la investigación.
Las universidades públicas, como núcleos de formación humana y profesional, deben adoptar procesos y acciones nuevos e inéditos para responder a los desafíos de la actualidad, incorporando:
Revisión de las condiciones laborales docentes e investigadores, relacionado con el salario y las prestaciones, carga de trabajo y la infraestructura, así como recursos educativos disponibles.
La no masificación de los salones de clase: 30 estudiantes por curso. ¿Es posible garantizar la calidad de la educación en cursos presenciales o en línea con 300 estudiantes por profesor contratado una hora en carreras como Ciencias Jurídicas y Sociales, entre otras barrabasadas que se observan en la educación superior?
Priorizar la calidad educativa, a través de la implementación de metodologías de enseñanza y aprendizaje innovadoras, la promoción de la investigación docente y la oferta de programas de formación continua.
Atención a los estudiantes posmodernos, a través de la implementación de metodologías de Diseño Instruccional para fortalecer la enseñanza y aprendizaje acordes a sus necesidades y expectativas, con la vinculación a programas de orientación y apoyo, así como a la promoción de su participación en la vida universitaria.
Fortalecer liderazgo de las autoridades universitarias, a través de la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas, propiciando condiciones favorables para docentes e investigadores.
Los docentes tienen que reinventar su vocación frente a estudiantes con fuertes dificultades de concentración y análisis e interpretación. El ejercicio docente tiene que ser reinventado.
Las universidades públicas deben realizar acupuntura social. No es posible que tanta teoría y títulos en la planta docente e investigativa no convoque sinergias cuya ética y compromiso sea evidencia de ejemplo humano, académico, político y social.
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